El viernes 9 de mayo celebraremos el Jubileo sacerdotal, coincidiendo con la celebración de la Jornada sacerdotal de San Juan de Ávila.

Este Jubileo 2025 adquiere un significado especial para nosotros, destacando la figura de los sacerdotes como pastores al servicio del Pueblo de Dios. Es un tiempo privilegiado para renovar las promesas sacerdotales, fortalecer los vínculos de fraternidad y reafirmar el compromiso ministerial en fidelidad al Buen Pastor, resaltando la centralidad de la vocación presbiteral en la misión de la Iglesia como signo vivo de esperanza, unidad y amor en una humanidad necesitada de guía espiritual y consuelo.

El orden de los actos para ese día es el siguiente:

  • 10 oración estacional y penitencial en el Seminario de Madrid.
  • 10’30 salida desde el Seminario en peregrinación a la Catedral.
  • 11 Eucaristía jubilar en la Catedral de la Almudena
  • 12’30 homenaje a los que cumplen 25, 50, 60 y 70 años de ordenación. (Salón de Actos del Seminario)
  • Comida en el Seminario.

Con el fin de mejorar la organización de los actos, necesitamos que comuniques tu intención de participar a través del siguiente formulario:

https://forms.office.com/e/k3c7GHBkK5

Para quienes deseen asistir y tengan dificultades para desplazarse, la Vicaria del Clero ofrece una red de voluntarios para acercarlos a la catedral, al Seminario y posteriormente a su casa. Para solicitar este tipo de ayuda para el desplazamiento hay que contactar con antelación con esta Vicaría del Clero: por teléfono 91 4546462 o bien e-mail vicariaclero@archidiocesis.madrid.

Recordamos las palabras de nuestro Arzobispo con relación al Jubileo, que hacemos especialmente nuestras: «Invito a toda la comunidad diocesana a «vivir el Año Jubilar como una oportunidad para profundizar en la fe, participar más intensamente en los sacramentos, especialmente la Confesión y la Eucaristía, y realizar obras de misericordia». Puesto que el papa Francisco nos ha invitado a ser Peregrinos de Esperanza. Nosotros, redescubramos la importancia de la esperanza en la vida cristiana y nuestro papel como peregrinos en camino hacia la plenitud de la vida en Cristo». Que «la esperanza en verdad sea el motor que nos mueve y el desarrollo de la vocación recibida en el bautismo el camino». Que el Año Jubilar nos sirva para «adentrarnos en esa vivencia gozosa de Dios». Participemos, «a lo largo de este nuevo curso en todos los encuentros programados para el Año Jubilar, siendo peregrinos y testigos de la virtud teologal de la Esperanza. Que la experiencia de Dios vivida por medio de su acción amorosa nos dé la entrañable gracia divina que discretamente presiona para que realicemos su sueño, mientras otorga un horizonte infinito a la vida del ser humano y pone por meta y término a Dios mismo».