Encuentros para  la misión

La formación permanente debe acompañar a los sacerdotes siempre, en cualquier periodo y situación de su vida, así como los diversos cargos de responsabilidad, eclesial que se le confiere; teniendo en cuenta las posibilidades y características propias de nada, las condiciones de vida y las tareas encomendadas (PDV).

A esta responsabilidad personal y permanente de los sacerdotes corresponde en nuestra diócesis el ofrecimiento para todo el itinerario de la vida del presbítero, un conjunto unificado de ofertas que abarque la formación permanente integral, la prueba, la dinamicen y la acerquen a las necesidades y expectativas de los sacerdotes.

Normalmente los primeros jueves de mes nos encontramos por vicarias con el deseo de orar, formarnos y fomentar la fraternidad sacerdotal entre nosotros. En este curso estamos tratando las relaciones de los presbíteros como elemento constitutivo de nuestro ministerio.

En primer lugar hemos reflexionado sobre la relación de los sacerdotes con el obispo. Los obispos auxiliares han recorrido las distintas vicarias presentando su propio testimonio. Ofrecemos la intervención de D. Jose Antonio Alvarez, obispo auxiliar de Madrid:

RELACIÓN OBISPO-SACERDOTE

1.- El obispo miembro del Pueblo de Dios
– La constitución jerárquica de la Iglesia (cap. III), al servicio del Pueblo de Dios (cap.II), para la misión de toda la Iglesia (cap. I). LG 18
– El ministerio ordenado se da en la Iglesia y en una forma constitutivamente eclesial. LG 20.
– El ministerio ordenado, “representatio Christi Capitis”, lo es participando en la entera misión de la Iglesia como “representatio Ecclesiae”. LG 28

2.- Las relaciones configuran el ser sacerdotal
– PO: Capitulo II: Las relación de los presbiteros con los demás (nn. 7, 8 y 9), explicitan y son parte esencial de la naturaleza y misión del presbítero, que se exponen en el capítulo I.

3.- La relación entre los obispos y los presbíteros: PO 7
– Participan del único sacerdocio de Cristo. De naturaleza sacramental.
– Ministerio ordenado comprensión apostólica, frente a una comprensión reducida al poder sacramental.
-LAS 4 NOTAS DE ESTA RELACIÓN
• Necesarios colaboradores: Una misión compartida.
• Necesarios consejeros: En comunión.
• Hermanos: “Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen” (Lc 8, 21).
• Amigos: “A vosotros ya no os llamo siervos,…os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer” (Jn 15, 15).
DVMP 107: “El obispo debe tener una actitud de padre, respecto a sus sacerdotes, evitando una lejanía o un estilo personal propio de un simple “empleador”. En virtud de su función, siempre debe mostrarse cercano a sus presbíteros, fácilmente accesible: su primera preocupación deben ser sus sacerdotes”.

4.- La relación de los presbíteros con los obispos: PO 7
– Respeto y obediencia. Ordenación: ¿Prometes respeto y obediencia a mí y a mis sucesores?
– Unidos con amor sincero: afecto y sinceridad.
– Espíritu de colaboración: No es una obediencia formal o externa sin más.
PFS 118: “Los presbíteros verán en su obispo no sólo al pastor que gobierna la diócesis, sino también al padre a quien poder confiarse”.
• Papa Francisco: La obediencia un vínculo que ayuda a discernir la voluntad de Dios.
• Por eso, será necesario por parte del obispo una escucha respetuosa y compasiva.
• Humildad y dejarse ayudar.
• Y por parte del sacerdote “se animen a expresar su parecer con respeto, valor y sinceridad”.

5.- Algunas consideraciones
• El ministerio apostólico: fraternidad apostólica. Forma comunitaria. Cuidado mutuo.
• Evitar todo aquello que dificulta la fraternidad: criticas, murmuraciones… Cuidando lo que favorece la comunión y el estímulo vocacional. Peregrinos de esperanza.
• Una espiritualidad sacerdotal que nos implica en el ejercicio del ministerio y la fraternidad sacramental. Acudir a los medios que se nos ofrecen: Arciprestazgo, encuentros de vicaria, diocesanos…
• Vivir la corresponsabilidad desde la situación personal, pero en comunión gozosa y esperanzada, compartiendo también la cruz.
“Compartir en Cristo la cruz propia con el obispo y éste con su presbiterio es el principio de una gran fecundidad apostólica” (Mons. José Delicado Baeza).